Los trastornos
sexuales se conocen como Parafilias, que se define como comportamientos
sexuales en los cuales son necesarios usar objetos o escenarios para lograr la
excitación sexual. Ocho tipos de parafilias se conocen que se agrupan en tres
categorías. Hay dos tipos de
preferencias de objetos no humanas: el fetichismo y el travestismo.
Tipos de trastornos:
Fetichismo: Se da
cuando una persona se excita sexualmente con objetos inanimados. Se puede
manifestar de dos formas, una más extrema que la otra. Una forma está asociada
con el coito con algunos objetos, frecuentemente bragas femeninas u otro tipo
de ropa interior. Esto es relativamente
inofensivo si la acción es tomada como juego y es aceptada por la pareja de la
persona. Enfocarse en ciertas partes del cuerpo como pies, cabello, orejas,
etc.; aparte de las zonas erógenas, puede convertirse en fetichismo. La forma extrema del fetichismo es cuando un
objeto inanimado, sustituye completamente a la pareja humana, como la ropa
interior, botas y zapatos, o algunos objetos texturizados como seda o
terciopelo. Aquí, el orgasmo se logra
cuando la persona está sola, acariciando el objeto.
Travestismo: Se da
cuando la persona alcanza la excitación sexual con el travestismo. Es muy raro
encontrarlo en mujeres así que la parte masculina de esta parafilia se usará como
ejemplo. Dos diferentes propósitos se
asocian con este hecho en diferentes individuos: En un aspecto, el hombre busca
intensificar la excitación sexual en las relaciones con la pareja, con vestirse
parcialmente como mujer. En el otro aspecto, el hombre actúa como mujer durante
la relación sexual, lo cual sugiere algún tipo de problema de identidad de
género, pero no necesariamente homosexualidad.
Sadismo y masoquismo: El termino sádico se deriva de las violentas hazañas sexuales del
Marques de Sade. Sádico se aplica a las personas que sienten excitación con
respecto al dolor de otros. El término
masoquista se deriva de los escritos de Leopold Von Sacher-Masoch donde los
personajes buscan que las mujeres los golpeen. Masoquista se aplica a personas que
se excitan con su propio dolor. Por lo tanto, sádicos y masoquistas van de la
mano, una depende de la otra; el peligro de estas necesidades es que pueden
llegar a ser tratos sucesivamente más brutales para satisfacer las necesidades
sexuales.
Exhibicionismo: Es la exposición de los genitales en un lugar público; desde el punto de
vista psicológico, hay tres rasgos característicos: primero, siempre es
realizado por mujeres desconocidas; segundo, siempre se hace en lugares donde
la relación sexual es casi imposible, por ejemplo en un centro comercial lleno
de gente: tercero, debe de ser impresionante para la mujer desconocida o puede
perder su poder de producir excitación sexual en el individuo. Los exhibicionistas no son agresivos y son
considerados más molestos o desagradables que peligrosos.
Voyerismo: Ver fotografías
o situaciones excitantes sexuales es relativamente común y normal. La diferencia entre esto y el voyerismo es que
una observación normal es un preludio para la actividad sexual; en el
voyerista, la experiencia remplaza la actividad sexual normal. Sin embargo, el
voyerismo existe en una persona que se involucra en una actividad heterosexual,
es decir le gusta ver el acto sexual.
Pedofilia: Es el acto
derivado de la excitación sexual a través del contacto físico con niños. Esta parafilia es radicalmente diferente del exhibicionismo
y el voyerismo, ya que tiene un severo impacto dañino por una falta de
consentimiento del niño. Comúnmente, el pedófilo
es alguien que tiene acceso al niño, es decir que conoce al niño, de esta forma
el niño y/o el padre no tienen razón para sospechar que el individuo tiene una orientación
pedófila.
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